Siento mucho la extensión del capítulo, espero que os guste.
Era una cálida tarde
de primavera, Agatha y Mary paseaban
cogidas de la mano por el parque de la
ciudad. ¿Nunca os he hablado de la ciudad? High Mountain, la ciudad más bonita y
hermosa que Agatha había visto. Nació y se crió allí, entre sus amigos y familiares…El
lugar de sus sueños. En esos tiempos, tenía 5 años, Agatha corrió hacia los
columpios, Mary la seguía con mucho
cuidado de que su pequeño tesoro delicado no se hiciera daño.
-¡Mas fuerte!-
Gritaba Agatha.-¡Quiero tocar las nubes y volar con los pájaros!-
-Te acabaras
haciendo daño, pero que sepas que luego no quiero que vengas llorando si te
caes.- Refunfuñó Mary.
-¡No lo hare!,
Quiero ser libre…- Susurro Agatha lentamente.
Mary empujó el
columpio con todas sus fuerzas y Agatha sintió volar con los pájaros, cerró los
ojos y se imagino en un mundo lleno de hadas y fantasía.
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Tiempos pasados, pensó Agatha
mientras miraba distraída por la ventana de su clase. Miró en un instante hacia
delante. Lizzie estaba allí, con su pelo perfecto en primera fila, cogiendo
apuntes como una loca. Agatha soltó una pequeña carcajada en su cabeza. Que
inteligente es, pensó, y tan guapa…
Miró levemente el resto de la
clase y allí estaba, Samuel, con su ingenua sonrisa mirándola embobado como un
niño frente a una tienda de caramelos. Samuel era el chico más pesado que podía
existir, estaba enamorado de Agatha y ella no lo soportaba.
Agatha hizo un gesto con las manos
y al fin reaccionó, se puso muy nervioso y sonrojado. Miró rápidamente hacia
delante y empezó a copiar los apuntes que la profesora de Literatura había
dejado escritos en la pizarra. Agatha rió levemente y volvió a mirar por la
ventana pensando en High Mountain y en lo feliz que sería si pudiera volver
atrás en el tiempo y vivir todo aquello de nuevo.
La sirena sonó, era la hora del
recreo. Agatha bajó sola al patio, se sentó bajo un gran roble y empezó a
comerse su sándwich de mortadela mientras observaba como Lucy Jones pegaba a un
chico de su clase llamado Muss. Muss pedía ayuda y suplicaba que parara, Lucy
se reía y seguía hundiendo sus puños sobre el canijo cuerpo del pobre chaval.
Cuando acabo de pegar a él pobre chico como un pequeño saco de boxeo, con aire
victorioso se alejo de él con paso firme.
Agatha apartó la mirada del
macabro cuerpo del chico tumbado y encogido en el suelo y se quedó mirando el
horizonte como si hubiera visto un gran cometa acercándose a la tierra. Mordió
su bocadillo y comenzó a pensar…
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Agatha acababa de
levantarse, tenía ya seis años y era el primer día de escuela.
Estaba muy nerviosa
y corrió a llamar a su mamá, estaba en el baño, maquillándose. Agatha se acerco a ella y le dijo que tenía
que peinarla para el primer día de colegio. Mary cogió la larga melena azabache
de su preciosa hija y lo cepillo delicadamente. Le hizo una gran trenza y la
mandó a vestirse.
Agatha bajaba las
escaleras con mochila en mano, estaba muy ilusionada y quería irse ya al
colegio para ver a todos sus compañeros de nuevo. Desayuno con mucho cuidado de
no mancharse su precioso vestido verde con florecitas moradas.
Acababa de llegar el
autobús, Agatha corrió hacia la puerta:
-¡Mamá! Ya ha
llegado, el autobús ya está aquí.-Dijo Agatha saltando y sonriendo.
-Si, ya sé que ha
llegado. Vamos, ¡corre que se va!-Respondió Mary muy alegremente.
-Adiós mamá, te
quiero mucho.-
Le dio un cariñoso
beso en la mejilla y se subió al autobús como la niña mas felíz del mundo.
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Dejó de pensar, estaba llorando
ya…Recordar eso no le servía para intentar olvidarlo todo. Miró a su derecha,
Lucy estaba a unos cinco metros de ella crujiendo sus nudillos. Cuando acabó se
acerco a Agatha sonriendo.
-¿Porque lloras? Se ha muerto tu
gato…¡Qué pena más grande!-Dijo Lucy con
una estúpida sonrisa en la cara.
Agatha no lo aguantaba más, esa
niña había colmado su paciencia…Se levantó, secó sus lagrimas y se acercó a
milímetros de Lucy.
-¿Sabes? Estoy demasiado harta
de todo, como para que vengas a joder más. Creo que tú no has perdido a tus padres, ni has sentido
lo que he sentido yo…Te crees la reina del mundo porque simplemente eres la más
fuerte y la mas chula. ¡Pues no! Eres un simple trapo olvidado en la esquina de
una habitación, no sirves para nada.-Soltó Agatha con toda la rabia contenida.-
Y por eso, Lucy, voy a hacer algo que debí hacer hace mucho tiempo.-
Sin pensarlo dos veces, Agatha lanzó
su puño contra la fea cara de Lucy. Esta cayó como hoja cae del árbol. Su nariz
sangraba, Lucy chillaba de dolor.
-¡Hija de puta!.-Soltó Lucy de golpe.
Agatha se alejó con paso firme y
decidido. Después de ese puñetazo, y de recordar los buenos momentos en High Mountain
se dio cuenta de que si no olvidaba todos los recuerdos, nunca pasaría de hoja y
empezaría de cero. Sabía que nunca más tendría los abrazos de su madre ni los consejos
de su padre…Nunca más. Por eso, desde ese momento se hizo prometer a sí misma una
cosa…Que olvidaría todo lo ocurrido anteriormente y empezaría completamente de cero.
Como si fuera una nueva persona, una persona mejor.